Hace algún tiempo comencé
a meditar, cosa que no me ha resultado fácil, pero sé que es lo que quiero
hacer. Asistía a clases regularmente para aprender las técnicas, pero ahora por
falta de dinero no voy, estoy en la escuela y en este mes no trabajo para poder
poner toda mi atención a pasar mis estudios medios superiores.
Aun así, me pongo a
veces a meditar yo sola en mi casa, ya se la postura, ya se en que debo
enfocarme e incluso los libros de superación personal recomendados, ahora bien,
en el salón de meditación, es un tanto as fácil concentrarse y ponerte en el
presente, aun así no siempre lo lograba, pero hacerlo en tu propia casa es aún más
complicado.
Apenas me siento en
el cojín a tratar de estar en el presente y resulta que a mi mente le da la
gana de irse al futuro, lejano o inmediato, pero al futuro, mi modo de regresar
es el sonido del clok de un reloj, pero noto como de pronto dejo de oírlo, y no
por ruidos externos, si no por el ruido interno de mis pensamientos,
amablemente me regreso a escucharlo, una y otra vez me sucede. La maestra de meditación,
nos decía que esto era un proceso normal y que con la práctica tiendes a poner más
atención en el presente, y si lo bueno es regresar la mente de manera cariñosa.
Hoy me distraje
muchas veces, los califico mentalmente como –pensamiento- y ya regresaba a oír
el reloj, una y otra y otra vez, un supe cuánto tiempo, solo hasta que logre
unos momentos más largos de escuchar el reloj y mi propia respiración. Es curioso
pero la mente se agota de hacer esfuerzos por estar en el presente, me sentí relajada
pero no tanto, a la vez es curiosa la sensación.
Me gusta el sendero
espiritual que la meditación trae consigo, para mí no tiene que ver con dioses,
con fantasmas o con nadie más que conmigo y mis propios pensamientos, es la relación
que mantengo conmigo y la manera en que me trato.
No sigo reglas específicas
de nada, solo hacer el bien porque se siente bien, incluso así sé que es un pensamiento egoísta, pero trato
de no ponerme expectativas de ningún tipo y solo reconocer mis pensamientos sin
miedo, mis emociones sin alterarme.
No siento necesitar
de pensar en ningún tipo de ser que este de ejemplo para mí, simplemente trato
de ser mejor persona, no por esperar nada, solo por el hecho de sentir que es
la verdadera naturaleza humana.
La atención constante
es difícil de lograr uno cree que la tiene en todo momento, pero no es hasta
que te sientas y te obligas a solo escucharte respirar que en realidad tienes
la mente en todos lados menos en el momento presente.
Mis pensamientos
recurrentes son sobre lo que debo hacer mas tarde, las tareas, mis
incomodidades de esa posición, lo que debo hacer de comer, mi cuerpo en fin son
tantos pensamientos, como un navegador con 2567 ventanas abiertas todo el
tiempo y en lugares diferentes, me asombra mi propia capacidad de pensar tantas
cosas en tan poco tiempo.
Pero sé que con la práctica
me costara menos estar en el presente y dejar de lado los pensamientos.
Una señora cristiana,
me decía que era dios hablándome a través de la meditación que me decía que me acercara
a la luz de su amor, y aun que sin duda suena poético, yo creo que los
verdaderos seres llenos de luz y amor somos nosotros, nosotros somos la salvación
para nosotros mismos, pero claro son ideas distintas.
Entre las cosas que
les puedo decir es que no importa si son ateos, pueden ser personas que tengan
espiritualidad que yo la defino como estar bien con nosotros mismos, saber
estar en el presente y ser buenos con todos los seres que nos rodean, no por
cultura, no por miedo al castigo, si no por aceptar que el ser humano puede
hacer el bien.
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