Sólo queda tu cuerpo y mi
deseo.
Quizá mañana ya solo quede
mi deseo… busco perderme en tus curvas, busco desesperadamente poseerte, por
mero placer, por mera lujuria, me encantas y lo sabes, juguemos a la seducción…
No hay nada que me guste más
que verte, que olerte que sentirte. Estar sentada frente a ti produce
electricidad en mi cuerpo, y tú, ni lo notas, un solo día me pareció que algo
se iba a dar, me miraste, con esa mirada que me mata, y despegaste los labios muy
lento, tan lento que yo moría de hambre, y dijiste –sabes, me agradas mucho- y
fue todo, caí como estúpida en ti.
Y aquí estoy muerta del
deseo, desayunando contigo, y no desayunándote a ti, pero sin perder esperanza,
hoy estas para comer aquí y para llevar, y tu ni lo notas, hace calor, te
quitas el suéter, tu aroma me llega, y no sé cómo puedo controlarme y no
subirme a la mesa y besarte…
Falta de valor quizá, me
miras a los ojos y haces un guiño, maldito, si sabes que te adoro, ¿para qué me
provocas?
Al final decido que es ahora
o nunca, estas distraído, pensando en que pedir para comer, ladeas la cabeza
tomando una decisión, pero querido, yo ya tome la mía, justo cuando bajas el
menú, salto como depredador, ni siquiera me importa que haya gente, o que estés
detrás de la mesa, o que yo este bajita y tenga que subirme a parte de la mesa,
o que tus ojos se abrieron en sorpresa por mi movimiento repentino…
Dejando que la lujuria me
domine te tomo del cuello y te acerco a mí, y después de tanto fantasear, te
beso, después de haber soñado con aquellos labios intocables lo hago realidad…
Sabía que todo podía pasar,
que me podías rechazar, casi estaba segura, pero, extrañamente, no fue así, a
pesar de la sorpresa me devolviste el beso, y ¡que beso!
Pasión se queda corto, no
dudaste ni un momento en entrar en calor, me besaste como en la mejor de mis
fantasías, mordiste mis labios haciendo que se me revolviera lo que aún no
desayunaba, tu respiración entrecortada hacia que mis pezones se levantaran, me
dejaste sin aliento, y cuando creí que no podría ser mejor, metiste tu lengua
como si buscaras llegar al máximo sin importar nada.
Creo que debió ser un
espectáculo, pero no me importo, frotaste tu lengua perversa contra la mía,
desprevenida se quedó paralizada, para retarla la mordiste y eso me saco un
genuino gemido, ¡vaya pena!
Pareció que duro más que
nada, pero sé que no fue así, ojala el tiempo se hubiera detenido. Cuando
recobre la compostura y te solté, tus ojos brillaban con una pasión que nunca había
visto, y eso que te había visto enamorado. No supe que decir o hacer, me limite
a tratar de respirar con normalidad.
Pero, normalidad es algo que
no conozco cuando estoy contigo. Al final de todo no paso de ahí, pero ese
recuerdo ni quien me lo quite.
No sé si pase algo más entre
nosotros, pero por ahora me place poder guardar ese beso como un tesoro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario