A veces en
el matrimonio te pasa de todo. Un día estas ilusionada imaginando un futuro
hermoso sonde hay detalles como un trabajo estable, cada beso de bienvenida que
te da tu pareja, compartir momentos de humor al ver un programa, estar
acurrucado viendo una película, convivencias agradables fuera de casa, ratos
inolvidables en la ducha. Pero la realidad tiende a imponerse más que eso.
Al principio
del matrimonio es luna de miel, estar muy feliz de poder pasar aún más tiempo
juntos, risas al descubrir extraños hábitos, sorpresas agradables de los
primeros meses, pero lo cierto es que con el pasar del tiempo, y eventos
inesperados todo cambia, cada cual se relaja y deja de ser detallista, limpio o
romántico. Se empieza a buscar espacio privado y a caer en la monotonía de las
rutinas diarias.
Surgen los
problemas de todo tipo, empiezan discusiones pequeñas, luego más largas,
empieza a ver reclamos, rencores… y de pronto después de cierto tiempo, ni
siquiera sabes por qué están juntos.
Llevo dos
matrimonios, y puedo decir que las cosas no son fáciles como uno sueña al
principio. Por más amor que le tengas a tu pareja, la convivencia con otra
persona puede ser desgastadora y muchas veces frustrante. No sé si hay tiempo
determinado para que uno pase por estas etapas, creo que depende de las
parejas, y en mi caso la primera vez me sucedió al segundo año, estábamos juntos,
teníamos un hogar y yo me sentí aburrida, mi solución fue encontrar un trabajo
y gente con quien platicar, resulto bien por un tiempo, aunque después mi
matrimonio termino por causas comunes. La segunda valiente vez que decidí
juntarme me ha pasado también a los dos años, aunque ciertamente en esta vez había
problemas desde antes.
Pero surge
de nuevo el enfado y el hastío.
Tal vez se
debe a mí, tal vez no estoy hecha para admirar a una persona durante mucho
tiempo, y tarde o temprano me doy cuenta de que las características que al
principio me parecieron entretenidas y curiosas o agradables, ahora me resultan
desagradables e insoportables. Quizá yo me enfado pronto de las personas, o no
he encontrado una que me guste del todo.
A veces mi
matrimonio me asfixia, me siento atrapada. Otras veces solo deseo que el
cambie, o que haya algo más que nos una. He platicado con él, he discutido, he
puesto reglas, he llorado, he negociado, creo que todo lo del manual, excepto
ir a terapia, ya que la considero cara. Pero al parecer me siento menos
presionada, pero igual de aburrida o apática para realizar las cosas. Muchas veces
me doy cuenta de que no estoy molesta, solo fastidiada o resignada, pero ya no
enojada deseando cambiar cosas.
Me siento
desorientada.
Quizás es mi
corta edad, y que debería estar saliendo una carrera universitaria y no haber
pasado ya por dos experiencias matrimoniales, por eso es que soy tan joven e
inmadura, pero a la vez siento que todo sirve para futuro, ahora apenas
comenzare la universidad y es una etapa nueva que debí vivir hace tiempo, pero
me salte las etapas de mi vida, así que ahora enfrentare otras cosas, pero por
otro lado ya conozco muchas que otras personas jóvenes no han experimentado.
Siento que
he fracasado en mis relaciones de pareja y de amistad, por que uno espera tener
pareja por periodos, pero ya vivir con alguien lo convierte en un compromiso más
serio pensado en mi caso para gran cantidad de años no se, unos 10, pero no he
durado tanto en ninguno de los dos. No siento ser mala esposa, no críticamente,
pero si pienso que quizá yo me he aferrado a sentir que estoy hecha para vivir
en pareja y que tal vez no es así.
Puede ser
que aún no encuentre mi pasión y camino en la vida…
Hay días que
realmente me doy cuenta de que no me gusta que sea mi esposo y no porque este
enojada, sino porque no me siento a gusto de esa manera, de pronto hay confusión
en mi vida y planes y siento que estar en este compromiso absorbe mi energía y
juventud. Aún tengo ganas de comerme al mundo, de estudiar conocer gente y
muchos proyectos en los que él no me acompaña porque no somos partidarios de
las mismas ideas.
Siento que
en toda relación hay diferencias, no hay perfección solo felicidad e infelicidad,
pero también una pareja es como un equipo con la misma raíz, si son los
adecuados coincidirán sus ideas principales, y yo no me siento así, he
discutido mis gustos ideas, planes para el futuro y francamente no veo la
similitud. Tal vez soy paranoica. Así que busco temas alternativos, para ya
saben tener cosas en común para compartir, no es que los sentimientos no
basten, claro que es importante quererse aun cuando tengan gustos muy
diferentes, pero una cosa son los gustos musicales, o de películas, y otros los
políticos, religiosos, sociales, y las metas y sueños de cada uno, en este caso
es ahí donde siento que no encajamos nada en absoluto.
He valorado
sus ideas, que no suelen ser tantas o tan complejas, y si las puedo encontrar
interesantes, pero no realizables para mí, y con mis pensamientos él se siente
a disgusto, o no le interesan, o le parecen absurdos, o totalmente fuera de una
vida para él y es ahí cuando siento que no somos compatibles.
Me llevo
bien con el como pareja de novios, pero para realmente imaginar muchos años y
vida con el… no.
He tratado,
pero realmente tengo otra visión del mundo, otras opiniones que al ser
expresadas a él le molestan, o no está de acuerdo o jamás las realizaría conmigo
y eso me pesa. No sé si debo conservar mi matrimonio a pesar de la adversidad
de sueños o dejar las cosas por la paz e irme.
Sé que una
de mis abuelas me diría que debo estar con un hombre porque son el complemento
de la mujer y luchar con las adversidades ceder terreno, negociar y buscar la
estabilidad, tal vez hasta abandonar mis sueños, pero es porque esta criada en época
diferente, yo me siento demasiado libre como para eso, valoro mucho mi propio
pensar y mis convicciones como para sacrificarme.
Mi pasado matrimonio
termino abruptamente por su infidelidad, antes de eso yo pensaba pasar mucho
tiempo indefinido con él y mis planes eran exactamente los suyos, yo no tenía
sueños ni metas propias y a raíz de eso, empecé a pensar en mí y solo en mí, comencé
a tomar decisiones para mi futuro pensando en mi sobrevivencia tal vez por eso
este matrimonio ya no lo miro con la ilusión de una casta que cree en santa
Claus.
Probablemente
me he vuelto más cínica respecto a los sentimientos y a las ilusiones sin un
fundamento crítico, para mí a veces es triste ser tan realista, pero a la vez sé
que al menos es algo posible y no solo ensueños que se ven borrosos desde la
perspectiva de alguien enamorado.
En mi corta
vida llevo 2 matrimonios, y puedo decir que a pesar de saber que no debo
comparar dentro de mí a veces no lo puedo evitar y me enoja bastante que con
una mala persona fui muy feliz y ahora que tengo toda la realidad que
cualquiera puede desear no lo he podido ser como antes.
A veces reo
que dramatizo, soy muy joven quien sabe cuántos más matrimonios me tocaran, habrá
diferencia con mujeres, quien sabe, pero en mi lista esta juntarme con una
mujer, aún tengo tiempo.
Lo que si
les puedo recomendar una vez más, es no se casen legalmente a menos que tengan
hijos o piensen realmente tenerlos, pro que a pesar de que al principio todo
parezca perfecto y hermoso, eso raramente se mantiene durante años, así que si
solo quieren estar juntos la unión libre donde cada cual es dueño de sus cosas,
es mejor opción y menos complicado a la hora de que lleguen los problemas y
separaciones dolorosas.
A veces soy
pesimista, pero siempre trato de ser todo lo contrario y tener esas ganas de
darlo todo por la pareja, solo que me da miedo.
Si el
matrimonio fuera fácil, no tendría nada de interesante. Eso leí, pero no estoy
segura de estar de acuerdo.
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