Hace tiempo ya, comente que
las emociones eran una desventaja en el ser humano que nos hacían actuar de
manera irracional o en contra de nuestra propia seguridad, las consideraba “no
necesarias en la vida”. Ahora con el tiempo y la madurez que he logrado me doy
cuenta de mi error, bueno de uno de tantos, al pensar que uno puede prescindir
de las emociones como si fueran prendas de vestir que pasan de moda.
Las emociones humanas están ahí,
te guste o no, estés de acuerdo o no, por lo tanto no son algo que puedas
evitar, sé que en ese tiempo fui muy nihilista y esa idea me seducía, pero
ahora que soy diferente solo encuentro el nihilismo triste y pensar que las
emociones nos hacen débiles lo encuentro triste también aparte de imposible. Mi
idea de vivir sin emociones era sencilla yo pensaba en aquellos años que las
emociones nos hacían vulnerables a otras personas o situaciones y que estas nos
lastimarían y por ello era mejor evitarlas. Pero claro que las emociones no se
pueden evitar, es una idiotez pensar que sí, siempre están con nosotros y son
parte de nuestra humanidad.
Ahora sé que el poder
identificar las emociones y sentirlas nos hace fuertes, todas las emociones
hasta las negativas, porque como se suele decir, si no puedes con el enemigo, únete.
Y es lo que se hace al aceptar las emociones en la vida, esto no quiere decir
que vayas hacer lo que tus emociones dicten, vamos a ponerlo claro, sentirlas y
aceptarlas, saber identificarlas no es lo mismo que ir a expresarlas a otras
personas y dañar sus emociones y sentimientos.
Amo sentir emociones en mí,
me hacen sentir que soy humana, que estoy viva que existo. Todo desata
sentimientos hacia personas, pensamientos o situaciones y vivo con ello de la
mejor manera que puedo, hay días que siento tanta compasión que me dan ganas de
llorar, lo he comentado, otros días simplemente manejo bien mis emociones para
no hacer daño y eso para mí es un gran logro.
Me alegro de haber pasado
por tantas etapas en mi vida, porque así es como logre madurar hasta este
punto, me alegro de todo ello porque son experiencias de las cuales ahora
aprendo y busco mejorar. Si me arrepiento de mi pasado ¿cómo podría aprender? Por
ello me alegra todo lo que hice fuera bueno o malo o falto de valores, porque
ahora miro la vida de una forma distinta y no me avergüenzo de quien fui, me
compadezco de mí, siento lastima de mí y eso me hace sentir bien, aprendo a
comportarme diferente y a tenerme compasión de la persona que fui, en ese
entonces no sabía tantas cosas que ahora sé.
Y lo más bello de todo es
que esto de aprender no se acaba, al contrario más crecer más maduras y todo es
aprender con más ganas. El cambio es lo único constante en la vida, estoy
segura de ello, y espero seguir cambiando, seguir siendo una persona diferente
para seguir conociéndome.
Me gusta ser alegre y
positiva en la vida, sé que todas las etapas por las que pase eran necesarias,
puesto que ahora tengo mucho para contar y mucho para compartir con personas
que pueden estar pasando por eso mismo o a punto de experimentar eso que a mí
me paso.
Mis metas y expectativas
cambian, me gustaría poder ayudar a los demás a enfrentar sus emociones y a
vivir sus sentimientos sin culpa, así como yo lo hago. Nada más por el placer
de ayudar.
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