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8 de abril de 2017

Gustos culpables volumen dos.



A ratos la culpa me hacía sentir mal, ella se había convertido en mi mejor amiga, pero el verte con ella hacia que mi deseo creciera, no nos habíamos visto más que brevemente en cumpleaños de mi amiga y en dos cenas navideñas, pero no podía dejar de pensar en ti, los años te habían favorecido, aun practicabas deporte aunque eras padre y cabeza de familia, se notaba que trabajabas tu cuerpo, ese cuerpo que yo deseaba. Desde la última comida donde recordé detalles de nuestro único encuentro una llama se encendió en mí.

Busque pretexto para ir a casa de mi amiga y verte más seguido, siempre evitabas estar a solas conmigo, eso de cierta forma me excitaba aún más…


Un día en horas que sabía que mi amiga no estaría fui a su casa, estaba caliente y no me importaba nada, ahí estabas tú, solo, al parecer planeabas ir al gym pues me abriste la puerta a medio cambiar, garrafal error de tu parte. ¿Esta Irene? Pregunte sabiendo la respuesta, hola, no, en realidad salió con su hermana, contestaste algo nervioso, pero sin evitar mi mirada. Ah pues en ese caso es perfecto dije yo e inesperadamente para ti te comencé a besar, trataste de quitarte, pero yo sabía que lo deseabas, así que no te resististe por demasiado tiempo, pienso que tú tampoco olvidabas aquel encuentro juvenil.


Siendo adultos ya con más experiencia, el sexo fluyo de manera armoniosa, cogimos en la sala, en el sillón, como haciendo homenaje, tu cuerpo era hermoso, era muy deseable, habías madurado mucho, de como yo te recordaba, te lamí todo el cuerpo, gemías delicioso, pero esta vez decidiste voltearme de espaldas y darme duro así, a mí me encantó la idea, mis pechos de apretaban en los cojines del sofá mientras tú me penetrabas sin control y de nuevo sin protección, no podía ver tu rostro pero era delicioso como me sometías, sentía tu pene entrar de lleno en mí, y como nuestros fluidos se mezclaban, empujabas con fuerza y yo levantaba más las caderas para que la penetración fuera más profunda…



Habías aprendido algunos trucos por ahí, pronto me metiste un par de dedos en la boca mientras yo gemía sin remedio, siempre había sido una sucia, así que la idea de que me trataras así, era muy excitante, me vine a los ocho minutos, pero tu continuabas penetrándome, relaje el cuerpo y tú comenzaste a ponerte más violento, jalaste mi cabello deliberadamente, sacaste tu pene y me hiciste que te lo chupara, que ganas había tenido, sabias a mí y a ti, tan delicioso, mientras te la mamaba te miraba, esos ojos avellana que tanto me hacían arder, te la chupe con ganas, te hice garganta profunda y te encanto, tus mejillas y pecho pronto se llenaron de sangre y sabía que pronto te vendrías. Decidiste hacerlo en mis pechos y me encanto, para que negar, me gustabas, y era fabuloso el sexo.

14 de enero de 2017

De ti, ¡qué no podría decir!


Con esos ojos que me mataban… con esa sonrisa a la que se le hacen hoyuelos…


A veces solo de pensar en ese momento me pongo en tensión sexual aunque esté sola. Estábamos ahí en un día cualquiera haciendo ejercicio, solos, para variar, ¿qué más se podía pedir? Fue como si el universo por fin me diera la oportunidad, ocurrió rápido, eso no lo voy a negar, pero para mí, fueron minutos robados al destino de aquella mujer que te poseía.

Después de entrenar me quede a platicar, seguíamos solos, te mire tal cual, tanto que te deseaba, a veces sentía que tú lo sabias, por tu forma de reír, por tu manera de agachar la mirada, a veces pensaba que tú no te dabas cuenta, eras demasiado distraído, aproveche eso, sabía que era ahora o nunca.

Te mire fijamente y espere a que tu vista dispersa se fijara en mí, tus ojos brillaban, dilatados, no sé si sería por el ejercicio que acabábamos de hacer, pero me lance por ti, perdí el control que tanto aseguraba yo tener, te tome con ambas manos y te bese, te bese con intensa pasión, ya había esperado mucho, y si era lo único que de ti tendría, pues al menos que ese pedazo de historia fuera maravilloso pensé.

Ese delicioso momento en el que no te resististe, en el que me devolviste el beso como si lo estuvieras esperando, era como soñar, y ni siquiera el sueño más erótico contigo se compraba con la realidad, labios suaves, respiración agitada, tu piel caliente, tu cercanía me volvía loca.
¡Que beso! Debería estar prohibido besarse así, era tanta pasión, que de un momento a otro estábamos abrazados, mis manos urgentes obedecían a mis instintos, quitándote la ropa; tus manos no se quedaban atrás, era como si de pronto nada existiera, me tocabas los pechos con ansias… En mi memoria queda como el suelo y el silencio fueron testigos presenciales de nuestro encuentro, tan breve, tan intenso, tan esperado…


Es como soñar, de pronto no sabes cómo es que llegaste a ese lugar, pero ya estaba arriba de ti, sin precauciones, sin pudor, moviéndome al compás de tus gemidos, desnudos, fundiendo los cuerpos. Sentía como estabas dentro, sentía como deseabas que pasara, sentía como la eternidad si existía, probaba un trozo de cielo contigo.



Se sentía tan bien que recordarlo ahora me hace cerrar las piernas y contraerme como si aún sucediera, tus manos eran suaves, recorrían mi piel presurosas pero con ternura. Me mirabas con excitación, gemías suave, paraíso pensé, tu olor y el mío se fundían en el ambiente, no quería venirme, pero para que negarlo tu miembro era generoso y cumplía su función.

Estaba en partes de mí, muy sensibles al tacto, maldita sea, si solo hubiera podido resistirme un poco más, sólo para deleitarme viendo tu cara, tu expresión, esa boca entre abierta gimiendo suave, esos ojos negros viéndome, esas mejillas sonrosadas por la excitación pero a su vez deseando cada vez más…


Y justo ahí, olvide hasta mi nombre, me deje llevar, me rendí ante ti, me vine de una manera intensa, sentí que te clave las uñas en el pecho, al fondo escuche tu gemido, no supe si era de placer o dolor, ambas ideas me excitaban, tú me tomabas fuerte de las caderas mientras yo me movía arriba de ti, sin control, concentrada en lo que sentía…


Momentos después, cuando al fin recuperaba la cordura, te vi, justo en el momento en que tú te ibas de la tierra, justo cuando tu orgasmo te llevaba al cielo y tenías esos espasmos involuntarios, tenías los ojos fuertemente cerrados, pero sabía que no dormías, gemiste profundo y grave, como si el gemido viniera desde lo más profundo de tu cuerpo y estuviera esperando salir…


¡Qué recuerdos!, ¡qué historias!, ¡qué vida!



1 de mayo de 2014

El placer del mañana.



Que encuentro tan erótico el de la política con el dinero.

*Yo he hecho un montón de fantasías realidad. Una vez me pagaron por hacer un oral, fue excitante, tal vez ahí le agarre el gustillo al dinero. No me consideraba una mala persona o de poca moral, me consideraba una pasajera en el placer de otras.


Ayer me puse hacer un ensayo sobre si deberíamos elegir una carrea universitaria por el beneficio económico que pueda producir, o por algo que nos apasione, la verdad no lo pude hacer, porque dentro de mí misma no logre decidir si estaba a favor o en contra de tal cosa. Me puse a reflexionar en ello. Es cierto que el dinero no da la felicidad pero es cierto que como te sirve para cosas. Yo por ejemplo me pongo a pensar en la casa que quiero un auto, y la comida vegana que por cierto es muy cara, que podría tener de contar con los recursos, antes imagine el despilfarre en joyas and shit, pero ya no, ahora sé que lo invertiría en estudio, clases, idiomas y libros. Igual sé que el dinero puede ser un incordio.


*no me acostaba con todos, solo con aquellos que realmente me atrajeran, siempre me invitaban copas, les invitaba a sentarme a mi lado, casi siempre me decante por aquellos hombres con perfume, me gustaba el olor a sexo y perfume que quedaba en mi piel.


La meditación, me enseña que el dinero no da felicidad, ni mucho menos te hace ser mejor persona, pero aún estoy muy adoctrinada por esta sociedad a ver al dinero como algo de vital importancia, espero se me vaya quitando esa costumbre. Y logre sentirme realizada espiritualmente sin dinero.


*el hombre de hoy, era atlético, se veía imponente desnudo, yo soy de atacar, no espero mimos ni trato de virgen, voy directo a lo que quiero. Me encanto su manera de jalarme el pelo, mientras me hacía un oral me picaba ferozmente con su barba y me encanto, le golpee la cara y me lo devolvió, que sexo tan mas burdo y brusco, tan sensual.


Siempre me surgen tantas cuestiones personales, a veces siento que nunca resolveré todas mis dudas, que estaré siempre pensando en que cambiar o si lo que hago esta todo fundamentado. Sepan que no es fácil dejar cosas atrás que yo siempre seguí, es raro ahora verme de buena persona, verme vegana tratando de limpiar mi conciencia siendo un real ser humano. Superando mis miedos, mi poca escolaridad y hasta mi aspecto.


*pero el, no era un hombre que se dejara domar, mordió mis muslos, mis pechos, me sentía arder entre sus brazos fuertes, me hubiera gustado que me asfixiara ahí mismo, para que toda la sensación quedara plasmada por siempre en ese momento y ya no saber de mí. Me uso y lo use, no repito con el mismo hombre, pero a este me gustaría, aunque siempre soy precavida  y no tengo como encontrarlo, es mejor así, pasiones fugaces.


Es difícil reconocerme ahora, pero me gusta este cambio, me siento bien, no sola, me siento acompañada, no por alguien exterior, más bien solo por mí, queriéndome a mi tal como soy. Aunque no cuente con amigos, aunque no cuente con el dinero que quiero, aprendo a llevarme bien conmigo. Es algo muy agradable.


*era tanto deseo por el que no pude evitar ir más seguido al bar, sentarme en el mismo lugar para ver si la casualidad vestido de traje no entraba otra vez, pero no paso, tan solo me quedo el recuerdo de él, no me enamore, eso no es para mí, solo quería un poco más de mi adictivo, de esa pasión, de los besos tan perversos, de aquella noche que fue mío.


Bueno ya parece que solo me quejo o repito la escuela, la meditación y mi veganismo, prometo hacer entradas enfocadas a otras cosas, si no entienden bien, adelante, pregunten lo que quieran.



6 de diciembre de 2011

Los ideales marcados en la piel.

Pues ahí lo tienen es el tatuaje que se hizo mi esposo este año, los tatuajes me parecen una expresión del ser humano, una forma de sentirse diferente al resto, y marcar la piel de forma permanente es como decir “me siento libre y único” o al menos es lo que yo pienso.

Cada persona elije lo que va a tatuarse en la piel, es algo muy personal, algo que me llama la atención sobre esto, es que la mayoría de la gente que tiene un tatuaje, opta por hacerse otro más, casi no conozco a nadie que solo tenga uno, a menos que este sea muy grande y con muchos detalles. Yo en mi persona jamás me hare estas cosas, ni siquiera soporto las agujas una vez, menos tantas veces, además me basta con expresar mis preferencias en voz alta y no siento que necesite que queden marcadas en mi cuerpo, me basta que estén impresas en mi mente.

Admito que yo no quería que se tatuara, por miedo a que se le fuera a infectar o simplemente porque es algo permanente y uno nunca sabe cómo va a terminar siendo. Pero pues es su cuerpo y lo único que le pedí fue que no se hiciera un tatuaje grande, y que eligiera algo que realmente significara algo importante, algo que fuera totalmente parte de el.

Como pueden observar eligió el símbolo del ateísmo, significa su ideología y se lo puso para que si un día tiene Alzheimer al menos recuerde que es ateo y libre pensador. Planea otros 5 más.

Los tatuajes que no me gustan son por supuesto los religiosos, y los nombres de otras personas, se me hace mal que te sientas parte de otra persona, una cosa es que internamente lo sientas y otra que te marques como si fueras una res. Y tampoco me gustan muy grandes. Pero respeto las locuras ajenas.

¿Y vosotros tenéis tatuajes?