30 de agosto de 2017

La universidad terminó, es hora de ser adultos.



Hace unas semanas atrás termine mi carrera profesional, estuve bastante ocupada en el último tirón de la carrera por lo tanto ni tiempo para escribir, termine una tesis y muchos proyectos largos.


Me siento feliz de terminar una etapa que nunca creí tener. Es diferente vivir a universidad a la edad promedio que un tiempo después, en ratos no me acoplaba a mis compañeros y en ratos fluía con las risas del momento.


Estoy por graduarme y esto me agrada mucho, siento que es una herramienta más en mi vida para ayudarme a forjarme un camino distinto. Por otro lado al buscar empleo la realidad se sobrepone una vez más, te piden mucha experiencia y muchos estudios, los cuales no siempre uno tiene, quieren personas capacitadas en extremo y con ganas de dar 12 horas diarias de vida.


Ya antes estuve en la brutal vida laboral, sin estudios ni preparación, y era terrible, básicamente uno es una herramienta, ahora es una herramienta con más funciones es todo, por ese lado no me agrada mucho pensar en la administración, pese a que en la universidad me toco el lado humanista, aun así nos hacen ver que son herramientas para “Lograr los objetivos de la corporación” y ya saben yo y mis ideas liberales no van con eso.

No es que la admón solo se aplique a eso, también a muchas cosas, a la vida misma, pero en el sentido que te entrenan en la escuela es para controlar recursos materiales y humanos, por ello es que no estoy de acuerdo. Al entrar a la carrera yo deseaba tener dinero, ganar mucho dinero para hacer mi vida, más fácil, sabía que el dinero no daba la felicidad, pero aun no tenía más visiones en mi vida.


Ahora que salí, me di cuenta de que ando en el hipismo más que nunca, realmente no ando tras el dinero, tras los bienes materiales ni siquiera tras el reconocimiento de capacidades o logros, ando tras ideas de paz que a veces no sé cómo llevar a cabo.

Nunca en mi vida había estado tan alejada del dinero como ahora, sé que lo necesito para vivir pues estoy en cierta etapa de la evolución de la humanidad en que es una manera de vivir, pero no sé, me tiro mucho a la filantropía y esas cosas ya saben.


Quiero poder pagar mis cuentas y tener un lugar donde vivir, si se pudiera lejos de otras personas, no porque sea nihilista, esa etapa mía ya paso, es porque me gustaría estar en el silencio, porque me gustaría rescatar animales y que nadie los lastime, por eso pido un paraje alejado.

Fuera de esas cosas, el dinero no tiene otra utilidad en mi vida, me gusta la felicidad espontanea, esa que se da sin necesidad de buscarla. Me gusta todo aquello que no se compra con dinero y me encanta ser así.


Espero encontrar trabajo que sustente mi vida y es todo, sin dramas, sin cantidades enormes de dinero ni responsabilidad.



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