16 de diciembre de 2017

Y ¿Cómo va la vida vegana?



Mucha gente me pregunta que si es complicado ser vegano, cuando recién comencé a serlo, no era difícil pues apenas me adaptaba a tener moral.  Por lo tanto yo respetaba opiniones y hacia lo de siempre, convivir con las personas que me rodeaban, pero conforme mi vida fue avanzando he entrado a una etapa distinta de ver las cosas.


Comenzó por perturbarme los convivios donde quemaban cuerpos de animales y los devoraban como si nada, así que deje de asistir específicamente a esos eventos, después comenzó a perturbarme la manera en que las personas hablan de los animales, como si fueran menos, como cosas, y lo peor la descripción de platillos donde los “ingredientes” son cadáveres de inocentes; posteriormente note que las personas hablan a menudo de ello, cada que pueden, es como si no tuvieran alma.


Un gran amigo me dijo que simplemente no ven el mal en ello, pues crecieron en esta cultura que nos hace creer que los humanos valen más que cualquier otra cosa que nos rodea en el mundo, por otra parte la violencia hacia los animales es cosa común y aceptada dentro de esta sociedad, por lo que la gente no se perturba con ello. Me dijo que yo misma viví inmersa en ese ambiente sin sentir que hacia algo malo. En eso tiene razón.
Aun así siento que uno siempre sabe que algo anda mal, aunque en general antes de ser vegana vivía como cualquier otro sin sentido ético, aun así me perturbaba la violencia hacia los animales, aun así sentía que era incorrecto comer a unos y abrazar a otros, no era un sentimiento fuerte o que inquietara mi vida, pero estaba presente.


Partiendo de eso, comento que realmente en este momento es para mí muy difícil ser vegana, y no porque “extrañe la carne” sino porque en todos los convivios de sociedad hay muerte y por lo tanto yo rechazo todo eso, así que me aparto de ello y por lo tanto no convivo.

No es que viva como una ermitaña ni nada de eso, no es que el nihilismo se haya apoderado de mi nuevamente, sino que en realidad no me gusta estar rodeada de personas que comen cadáveres, así que procuro no asistir a esos eventos, lo cual son más comunes de lo que la gente cree. Resulta para mi complicado unirme a grupos sociales y pasar tiempo con ellos puesto que todo al fin acaba en conversaciones que violentan mi alma.


Al principio estos sentimientos negativos hacia todo ello, no afectaban demasiado, pero conforme el tiempo me han creado problemas emocionales, sé que necesito terapia para poder vivir en este mundo siendo vegana sin que afecte mi vida.

Seguir fielmente lo que uno cree no es algo malo, pero tiende a alejarte de las personas, sobre todo cuando es algo así, que toca sentimientos en las personas y las hace sentir mal, como que toda su vida han estado equivocados.

Yo también me sentí mal por ello cuando alguien me lo hizo ver hace ya mucho tiempo, me negué a la idea del veganismo, justificando que todos lo hacen, algo que he entendido, es que todos tenemos poder de elección y podemos cambiar a lo que sabemos que es correcto, aunque nadie más lo haga.


No es difícil ser vegana cuando tu ética y moral están comprometidas, es difícil ser vegana en esta específica sociedad.

Pero no por ello me doy por vencida aunque tenga malos ratos.

1 comentario:

  1. Si sólo pasara con el veganismo... pero es la misma historia con la religión, tradiciones, cultura, leyes.
    Para mí no hay duda de que este mundo es el infierno.
    La prueba es la cadena trófica, algo aberrante que la mayoría acepta como algo "natural" y por lo tanto bueno.
    La vida no es buena, la vida es el infierno.
    Todo lo que es aparentemente bello, si lo miras de cerca, no es más que depredación constante.
    Y la muerte forma parte de la vida por lo que la muerte ha de ser también parte de este infierno.
    La salida del infierno? No lo sé, pero creo que los veganos, ascetas, ermitaños, nihilistas, se acercan bastante al umbral. En realidad, cualquiera que observe un poco como funciona este tingladete cósmico y no lo justifique con "naturaleza buena" "dios bueno" ni ninguna otra cosa. Pues nada justifica la existencia de tantos esclavos, tanto humanos como animales.
    La gente me dice, por qué no te matas?
    Yo les digo matarse es muy difícil y lo sabéis de sobra, lo sabéis cada vez que sois explotados en el trabajo o tenéis que soportar tanta miseria, y aún así seguís...
    El nihilismo se quedó corto, ante tanta barbaridad.
    Schopenhauer se acercó bastante más a la realidad.

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