5 de mayo de 2014

Pensamiento de mujer.


El ex.

Ese que es la peor persona del mundo, ese mentiroso que jamás cambiara, ese infiel que debe ser públicamente humillado. Yo tengo uno, y como mujer he seguido todas la reglas, llore, lo odie, le quise hacer daño, me enoje porque pensé que hacia cosas para hacerme sentir mal y todo eso, todo aquello que una mujer loca dolida piensa, pero saben que aun hoy después de tanto lo reflexiono y me da cura, es decir si aún lo amo, pero ya veo la realidad.


Si, tal vez mintió, sí, yo viví una fantasía, si, él es el malo, puede, pero realmente para que me atormento, el pasa de mí, tengo que pasar de él, no por dignidad, no para demostrarle que soy mejor persona que el, solo por salud. Los hombres no tienen la absoluta culpa, y si la tienen pues ni modo, tampoco hay que entrar en guerras de rencores, total que se puede hacer.
Lo que se puede y debe hacer es desearle lo mejor a quien una vez te hizo sentir amada a quien te hizo reír tanto. Pero claro hacerlo es difícil, solemos guardar el recuerdo de lo malo, pero no de lo bueno, o si recordar cosas buenas pero ensuciarlas pensando que todo era mentira.


Tal vez nos gusta un poco el drama a las mujeres, o simplemente estamos casadas con él. De pronto me encontré hablando mal de mi ex, diciendo puras necedades, y de pronto reflexione que, yo me había casado con él, y si era tan mala persona, pues había sido mi mala persona. Así que rápidamente después de1 año y 6 meses me calle la boca y deje de pensar mal de él.
Es todo un proceso, a veces nos toma poco tiempo a las mujeres algo así como 3 años jajajaj lo sé es mucho, pero funcionamos de manera distinta, después terminas dándote cuenta de que lo que debes hacer es desearle la felicidad, ya el karma lo encontrara. A veces nos complicamos solas, y nunca dejamos el pasado atrás o él hubiera. Eso es ponernos obstáculos nada más.


Quien sabe, a lo mejor las abuelas tenían razón en quedarse siempre con el marido a pesar de todo, pero no lo sé yo no soy así, pero como consecuencia luego no perdonamos, nos guardamos el enojo y es vivir a medias.


Medio contentas, medio felices medio bien.

No debemos dejar que el recuerdo de los ex nos atormente, y madurar ante todo.

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