16 de abril de 2016

Satyricon


El otro día me puse a llorar.

Bueno, lloro seguido, pero por diferentes motivos, esta vez fue porque me puse a ver álbumes viejos. Recordar es vivir, y volver a sentir chingaderas…


No llore por mi exmarido, ya no lloro por él, llore por mí, por mi amor perdido hacia él, por la ilusión rota que tuve, por esos sentimientos puros que tuve. Ahora sé que no amo igual, y no porque sea una necia y piense que todos son iguales, más bien es que le hubiese puesto restricciones a mis sentimientos. Por ello el otro dia comentaba que siento que me detengo con mi novio o que soy seca.

Llore tanto que casi me seco, llore al verme feliz en las fotos, sin saber lo que me pasaría después de ellas. Llore con sentimiento al recordar cosas, detalles de mi vida anterior, como si fuera de otra persona. Recordar retazos de mi vida y de mi felicidad. Llore porque no sabía que más hacer…


Recordé momentos, canciones y como bien sabemos una vez que nos pusimos tristes nos empeñamos en ello, me puse a escuchar esa música que me recuerda mi pasado, pues en evidencia más llore. Todas las canciones hablaban de lo que fui, de lo que ame.

Llore al recordar sus ojos, su sonrisa, como olía su cuerpo, llore por mí, no por no tenerlo, más bien porque no he vuelto a sentir eso por nadie. Y en verdad quiero sentirlo. Sé que es mi pasado y que siempre quedara ahí, que no volvería a esa vida, puesto que soy otra persona, pero al recordar todo eso me sentí triste.

Después de un rato, me calme, me dije a mi misma que la vida sigue, y que lo que hago ahora también lo amo, que enfocarme en mi vida ha sido bueno y no depender de las emociones de otra persona ha sido provechoso.

Pero a veces me atormenta pensar que esos recuerdos siempre estarán ahí, y que en días de tristeza me harán llorar, ademas que el rencor a veces no me deja vivir.




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