16 de abril de 2014

Instantes de meditación



Hace algún tiempo comencé a meditar, cosa que no me ha resultado fácil, pero sé que es lo que quiero hacer. Asistía a clases regularmente para aprender las técnicas, pero ahora por falta de dinero no voy, estoy en la escuela y en este mes no trabajo para poder poner toda mi atención a pasar mis estudios medios superiores.


Aun así, me pongo a veces a meditar yo sola en mi casa, ya se la postura, ya se en que debo enfocarme e incluso los libros de superación personal recomendados, ahora bien, en el salón de meditación, es un tanto as fácil concentrarse y ponerte en el presente, aun así no siempre lo lograba, pero hacerlo en tu propia casa es aún más complicado.
Apenas me siento en el cojín a tratar de estar en el presente y resulta que a mi mente le da la gana de irse al futuro, lejano o inmediato, pero al futuro, mi modo de regresar es el sonido del clok de un reloj, pero noto como de pronto dejo de oírlo, y no por ruidos externos, si no por el ruido interno de mis pensamientos, amablemente me regreso a escucharlo, una y otra vez me sucede. La maestra de meditación, nos decía que esto era un proceso normal y que con la práctica tiendes a poner más atención en el presente, y si lo bueno es regresar la mente de manera cariñosa.


Hoy me distraje muchas veces, los califico mentalmente como –pensamiento- y ya regresaba a oír el reloj, una y otra y otra vez, un supe cuánto tiempo, solo hasta que logre unos momentos más largos de escuchar el reloj y mi propia respiración. Es curioso pero la mente se agota de hacer esfuerzos por estar en el presente, me sentí relajada pero no tanto, a la vez es curiosa la sensación.

Me gusta el sendero espiritual que la meditación trae consigo, para mí no tiene que ver con dioses, con fantasmas o con nadie más que conmigo y mis propios pensamientos, es la relación que mantengo conmigo y la manera en que me trato.

No sigo reglas específicas de nada, solo hacer el bien porque se siente bien, incluso así  sé que es un pensamiento egoísta, pero trato de no ponerme expectativas de ningún tipo y solo reconocer mis pensamientos sin miedo, mis emociones sin alterarme.


No siento necesitar de pensar en ningún tipo de ser que este de ejemplo para mí, simplemente trato de ser mejor persona, no por esperar nada, solo por el hecho de sentir que es la verdadera naturaleza humana.
La atención constante es difícil de lograr uno cree que la tiene en todo momento, pero no es hasta que te sientas y te obligas a solo escucharte respirar que en realidad tienes la mente en todos lados menos en el momento presente.

Mis pensamientos recurrentes son sobre lo que debo hacer mas tarde, las tareas, mis incomodidades de esa posición, lo que debo hacer de comer, mi cuerpo en fin son tantos pensamientos, como un navegador con 2567 ventanas abiertas todo el tiempo y en lugares diferentes, me asombra mi propia capacidad de pensar tantas cosas en tan poco tiempo.
Pero sé que con la práctica me costara menos estar en el presente y dejar de lado los pensamientos.


Una señora cristiana, me decía que era dios hablándome a través de la meditación que me decía que me acercara a la luz de su amor, y aun que sin duda suena poético, yo creo que los verdaderos seres llenos de luz y amor somos nosotros, nosotros somos la salvación para nosotros mismos, pero claro son ideas distintas.


Entre las cosas que les puedo decir es que no importa si son ateos, pueden ser personas que tengan espiritualidad que yo la defino como estar bien con nosotros mismos, saber estar en el presente y ser buenos con todos los seres que nos rodean, no por cultura, no por miedo al castigo, si no por aceptar que el ser humano puede hacer el bien. 


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