27 de enero de 2016

Me falta meditar.


Les cuento que hay un par de personas en mi área escolar, que realmente me desagradan, es por su manera de ser, de tratar a otros, y es todo un reto para mí no pensar cosas desagradables de ellos. Trato con todas mis fuerzas por no pensar mal, por no enojarme, porque su persona no me afecte, a veces lo logro en totalidad y me digo mentalmente cada vez –tranquila, no pasa nada, así es él/ella no hay porque criticar- y otras veces me sacan de mi paz espiritual y me dan ganas de gritarles lo desagradables que son.


Y vuelvo a mis principios básicos de meditación, donde me digo que debo ser tolerante ante todo, que nada me afecte, controlar mis emociones, sé que cada cual es diferente y lo que más me cuesta es no juzgar, de verdad me esfuerzo mucho, pero me es difícil, sobre todo porque lastiman a otras personas lo cual es intolerable para mí, siempre hacen comentarios desagradables, hirientes y llenos de desprecio, nunca me han dicho nada, porque yo no los trato más que de manera cordial sin profundizar, pero me enerva ver como lastiman a otros.


Supongo que en esta vida hay personas de todo tipo y aunque sean así, yo no tengo derecho a juzgar su comportamiento. Pero no negare que muchas veces tengo que usar el autocontrol para no decirles nada. Por otro lado sé que son totalmente un reto, porque es ahí donde tengo que demostrarme a mí misma que soy paciente, que soy tolerante y que no pienso mal de las personas, a veces fallo vilmente y sin enojarme conmigo misma, me hablo con ternura y me digo vuelve al camino de la bondad.


La compasión es algo que deseo practicar en totalidad y no siempre lo consigo, pero cada vez que siento que me alejo, regreso de manera suave y apacible a ella.


Ya sé, me leo bien hippie, pues que les puedo decir, una vez que dejas entrar esos pensamientos de ecuanimidad, empatía, compasión y demás, en tu mente y vida, es difícil volver a ser negativo, amargado y cínico.



2 comentarios: