Siempre
he tenido problemas con ella, al principio fue que caí en las adicciones de los
químicos añadidos, alimentos procesados que supuestamente te nutren y
obviamente en la mercadotecnia, en el sabor falso que altera el cuerpo y todo
lo que la gente come. Después me aleje de eso hacia otros derroteros también nada
saludables, uno de ellos fue reducir considerablemente mis alimentos para
lograr cambios estéticos.
La
comida era el enemigo, yo no podía entender porque todo lo que sabía tan bien
me hacía tanto daño, y engordar de manera extremadamente rápida, pensaba que debía
alimentarme según lo que mi paladar gustara, porque según yo, era la fiel brújula
y guía para mi existir.
Error
tremendo, del cual nunca estuve informada, inocente criatura que era víctima de
los saborizantes artificiales y todas las azucares conocidas por el hombre, realmente
vivía tan drogada con todo ello, que no me daba cuenta que estaba cegada. Hasta
que la bendita información llego a mí, para comenzar fue hacerme vegana, pero
una cosa es el veganismo y otra la salud, después enterarme de eran realmente
todos los ingredientes que venían en las etiquetas de los productos que consumía
diariamente, y como consecuencia de ello horrorizarme sabiendo que le metía a
mi cuerpo.
No
es que ahora ya no coma nada procesado ni con químicos añadidos, no tampoco he
llegado a ese bello punto, un día, pero si he sido mucho más consiente de todo
lo que como. Y de los efectos que tiene en mi cuerpo, por ello para mi es
fundamental leer, aprender, buscar y poner atención a todo, poco a poco me he
ido quitando las cosas que hacen daño, reduciendo otras y así.
El
proceso ha sido largo, bueno relativamente porque apenas llevo como unos ocho
meses buscando mejor alimentación, antes solo buscaba no excederme en cuanto a
grasa o cantidad de alimentos, pero nada más, y ahora busco comer más natural
es decir librarme de lo procesado en cuanto me sea posible, y que la comida no
sea el enemigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario