22 de diciembre de 2018

Un largo tiempo.



Resulta que ser adulto no siempre es tan padre como uno imagina de adolescente o niño, si bien parece que tiene uno libertades exageradas y que puedes hacer tantas cosas, la realidad es que vivimos en un mundo lleno de reglas y obligaciones que se adquieren al crecer.


Al principio de mi adultez, disfrute mucho la sensación de libertad y de poder hacer tantas cosas nuevas e interesantes, pero ahora que ha pasado el tiempo a veces no es tan divertido, me doy cuenta de que tengo que hacer tantas cosas que no quiero, de ser responsable por mi vida y hacerme cargo de la situación. No digo que todo sea malo o que la vida me haya tratado mal, pero si tiene momentos duros que uno debe sobreponerse y salir adelante, ya como adulto.


Pues bien, hace un tiempo tuve problemas económicos fuertes, y aunque practico el desapego por lo material, no niego que mi sustento básico es algo que debo tener siempre para tener seguridad, y hasta este se puso en riesgo, considerando que busco reducir al mínimo el dinero que necesito para subsistir. Esto nunca me había pasado, no es que yo tuviera demasiadas posibilidades, pero no había llegado el momento en que batallara tanto.
Y sucedió, al comienzo de todo yo estuve tranquila pensando que de una u otra forma pronto tendrían solución mis penas económicas, pero conforme fue pasando el tiempo y no se solucionaban el estrés fue haciéndose presente. Comenzó con inquietudes a la hora de dormir y después un mal humor recurrente que ni yo conocía. Ya al final sentía pesadumbre en el cuerpo, y aunque trate de hacer mi vida con normalidad y esperar pronto la solución, no tuve paz hasta que el problema se arregló.


Vivo con mi pareja y yo creía haber tenido toda clase de problemas en pareja, pero realmente no, la vida aún tiene primeras veces para todo, y tener penas económicas fue una de tantas cosas que aún me quedaban por experimentar. Ahí fue cuando más eche de menos ser adolescente y no tener que preocuparme por todas esas cosas de adultos. Me doy cuenta de lo rápido que pasa el tiempo y de la mucha responsabilidad que tengo.


Por ahora ya paso esa etapa, una más de aprendizaje como pareja y a nivel personal. La vida nunca acaba de enseñarnos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario