3 de agosto de 2012

Miedos




Están ahí, encerrados tras puertas de madera, en lugares oscuros de mi mente.

Hay días que ni recuerdo que están ahí, me distraigo bastante disfrutando de la felicidad, pero otras veces salen, cautelosos se arrastran por mi subconsciente, deslizándose lentamente sin que se note, dispuestos atormentarme en cuanto me descuide.

Los veo, se cuantos son, se cuales son, me aterrorizan por las noches, me susurran al oído, se burlan de mi.

Algunos son mas grandes que otros, y entro en mi mente con mi armadura forjada con amor del resistente, soldada con sonrisas y besos, me acerco a la puerta y libero al primero, quiero luchar un rato con el, ver si puedo vencerle, si ya estoy lista para esa batalla.

Es un contrincante grande y viejo, en momentos siento que le voy ganando, se a disminuido un poco, pero no lo suficiente para aplastarlo, le ataco con las muestras de que es un miedo estúpido e insignificante, y se reduce mas, sé que por hoy no podre aplastarlo así que vuelvo a encerrarlo bajo llave, se llevo una buena paliza y estará quieto durante algún tiempo.

Mis inseguridades salen a flote, no puedo escapar de ellas, están ahí esperando a que dude para aprovecharse de mi… incluso diría que yo misma las dejo salir, hay veces que pienso que pueden ser un escudo protector de mi interior, que de pronto podrían advertirme de los peligros de la vida, tal vez sea una alucinación, pero aun así, hay miedos tan antiguos como yo, que han vivido siempre conmigo, siento que si los dejo ir, me quedare sola…

Se enredan en mi cuerpo, están tatuados en mi piel, nunca me dejaran sola, estarán conmigo hasta el final…

Mis miedos están ahí. 

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