
(El titulo lo saque de lo que dice un predicador cristiano de las cartas de pokemon y sus efectos en los niños)
Me aferro a la cordura solo por instantes…
El lado oscuro de mi se frota las manos, sabe que puede poseerme y no podre negarme, pero por ahora solo observa.
Esta al asecho esperando su oportunidad de salir con sus garras filosas para desmembrar y gozar.
Quiero no sentir nada, librarme de los sentimientos, así nada me hará daño, podre llegar al máximo cinismo que se pueda, destruiré personas, no tendré piedad, disfrutare del dolor y no tendré remordimientos ni me arrepentiré. Es un deseo obscuro que vive dentro de mi, pero no os preocupéis sigo siendo adorable.
Mi otra personalidad sigue aquí y me domina también, entonces rio a carcajadas y cuento estupideces, socializo, escucho algo de música, esa parte de mi es relativamente positiva, no le gusta la violencia y tiene algunos sentimientos.
No puedo solo dejarme llevar por mi locura interna, porque amo. Y no quiero hacerles daño a esas contadas personas. Solo que es tan tentador dejar de sentir…
Solo me dejo llevar en fantasías… aun que temo que algún día sean verdad y yo continúe creyendo que estoy en una fantasía.
Mientras continuare tan tranquila y sosegada como siempre.
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